En primer lugar y previo al diseño de la carta de restaurante, es importante saber exactamente a quien va dirigido nuestro restaurante, es decir, quienes son nuestros principales clientes. De esta forma podremos definir cuáles son sus intereses a la hora de entrar en nuestro local y cómo vamos a satisfacer sus demandas.
Imaginemos que estamos en una zona muy transitada por turistas extranjeros, es necesario que nuestra carta este traducida a los idiomas habituales de los clientes que nos visitan. O por el contrario, que nuestro público objetivo son trabajadores de comercios o empresas adyacentes a nuestro restaurante, entonces tiene que haber una rotación importante en los platos para que no lleguen a aburrirse de nuestra propuesta culinaria.
Una vez tenido en cuenta este punto, tendremos que definir nuestros platos.
DISTINTAS CARTAS PARA UN MISMO RESTAURANTE
A partir de aquí es conveniente la creación de distintas cartas para diferentes momentos del día o productos. Puede ser que nuestro local está abierto y de servicio a distintas horas, entonces tendremos una carta para desayunos y meriendas y otra para comidas. Y si dentro de nuestro negocio poseemos una oferta amplia y diferenciada en vinos y postres, crearemos cartas específicas para ellos.
CONSEJOS BASICOS PARA ELABORAR LA CARTA
A la hora de redactar la carta hay una serie de cuestiones a tener en cuenta:
- Empezar la carta por el orden normal de pedidos, primero los platos que sean adecuados para abrir boca y entrantes. Continuar con platos ligeros, para posteriormente ofrecer los platos principales, en este caso dividiendo entre carne y pescado.
- Dar nombres atractivos y atrayentes a los platos de nuestra carta, de forma que nos apetezcan, por ejemplo, crujiente, meloso, delicia , bocado, etc. Es recomendable una descripción de los mismos, no solo la lista de ingredientes.
- Evitar alinear los precios de forma que sea más difícil fijar la atención en ellos. Así nuestros clientes no van a fijar tanto la atención en el precio, y se dificulta la suma y por tanto que limiten la comanda solicitada.
- No ordenar la carta por importes de precio, si no queremos que se consuman más los platos más económicos.
- Colocar a la derecha en la parte superior los platos más interesantes para nosotros
- Numerar nuestros platos para hacer más fácil la comanda y sobro todo si el nombre es largo.
INCLUYE LOS ALÉRGENOS EN LA CARTA
Desde el 13 de Diciembre del 2014 entró en la ley de alérgenos, en las cual se obliga a negocios de hostelería a informar sobre los tipos de alérgenos que contienen los platos, y no hay mejor lugar para informar que la carta del restaurante. Estos son los diferentes tipos de alérgenos de los que debemos informar:
- Cereales que contengan gluten.
- Crustáceos y productos a base de crustáceos.
- Huevos y productos a base de huevos.
- Pescados y productos a base de pescados.
- Cacahuetes y productos a base de cacahuetes.
- Soja y productos a base de soja.
- Leche y sus derivados.
- Frutos de cáscara.
- Apio y productos derivados.
- Mostaza y productos derivados.
- Granos de sésamo y productos a base de granos de sésamo.
- Dióxido de azufre y sulfitos.
- Altramuces y productos a base de altramuces.
- Moluscos y productos a base de moluscos.
Es importante incluirlos en nuestra carta con su icono correspondiente, ya que una posible reclamación de un cliente puede ser sancionada económicamente.
Recuerda que en nuestros programas de TPV para restaurantes tienes la opción de incluir en cada plato los alérgenos e imprimirlos en la carta directamente.
EN CUANTO A LA IMAGEN DE LA CARTA
La carta debe ser acorde con la decoración del local. Es decir, si nuestro local tiene una decoración clásica las cartas deben estar en esta línea, pero si por el contrario nuestra imagen de negocio se corresponde con un estilo desenfadado o moderno utilizaremos la misma estética y colores en nuestra imagen.
Otra cuestión importante es que una carta debe estar realizada en letra oscura sobre fondo claro. Es muy importante que se pueda leer. Parece una tontería, pero creo que a todos nos ha podido ocurrir: no poder leer la carta. Una luz tenue unida a un papel oscuro puede conseguir destrozar la mejor de las cartas.
NO DEMASIADOS PLATOS
Para este punto es conveniente que nuestra carta no sea demasiado extensa. Si son pocos podemos incurrir en el aburrimiento de nuestros clientes, pero por el contrario si son demasiados, los costes de mantenimiento en nuestra cocina y productos perecederos se pueden ver desbordados.
Y recuerda que para el control de ventas, inventario y muchas operaciones más dispone de nuestro software para restaurantes: