Desde Maitre queremos rendir tributo a la riqueza de nuestra cocina, a las distintas oportunidades de disfrutar de un buen plato en cualquier punto de España, y en cualquier época del año. También en Semana Santa.
Nuestra tradición marca una oferta gastronómica específica para este momento del año que se caracteriza por la ausencia de carne y la utilización del bacalao como producto estrella. Es época de platos contundentes, de legumbres y arroz, además del uso de pan y miel en dulces.
El ingenio y el bien hacer en nuestras cocinas a lo largo de los siglos han hecho que con ingredientes modestos exista una variedad de platos, y elaboraciones.
Pensemos que estas recetas y platos son parte de nuestro folclore y tienen su origen en la necesidad de satisfacer las necesidades proteicas en un momento del año que por cultura, tradición y religión estaba prohibido comer carne.
Muchas de ellas se basan en productos de cercanía, pero también en la utilización de legumbres y salazones que eran fácilmente conservables. Sólo es en las zonas costeras donde el pescado fresco nos ofrece clásicas recetas de cuaresma.
Es también como complementos a platos que podían ser poco contundentes, que los dulces tengan tanta importancia.
Pongamos algunos ejemplos:
Un plato típico por excelencia puede ser el potaje de vigilia, donde el bacalao y las espinacas, son el complemento perfecto a los garbanzos, pudiendo degustarse en casi todos los puntos de nuestra geografía. Muy ricos en Madrid y Andalucía.
Propia de Castilla sería una receta de las de toda la vida, de las de las abuelas… riquísima. Hablamos de patatas a la importancia. Como su nombre indica, su ingrediente principal y que se resalta en este guiso, son ellas mismas.
Y de la cocina vasca, acostumbrada a trabajar durante todo el año con bacalao, aunque es ahora cuando toma un especial protagonismo. Hablamos del bacalao al pil pil, que tiene como ingredientes principales el bacalao, la guindilla y el ajo.
Como no podía ser de otra forma, también en Valencia, saben utilizar y hacer un arroz de ayuno, adecuado a las fechas, donde la ausencia de carne y pescado no limita el resultado final.
Si prestamos atención a otro ingrediente vegetal y realmente proteico, las habas, tampoco resulta extraño que pueda ser otra de las opciones habituales de nuestras mesas. Teniendo en cuenta que pueden ser consumidas frescas y secas, pero además esta es su época de recolección.
Así, platos como habas a la granadina, donde la hierbabuena y los huevos escalfados marcan la diferencia a este plato. En Tortosa un potaje de habas con arroz también es una opción perfecta para aquellos que quieren un plato completo.
Para aquellos que quieren una opción fresca, y además si tienen la oportunidad de acercarse a las Canarias, nuestra recomendación para este momento es el sancocho canario, riquísimo guiso de pescado aderezado de mojo canario. Un privilegio.
Y como punto final y solo porque es el orden del postre, los dulces de Semana Santa. Mención especial reciben las torrijas, dulce de pan remojado en leche o vino y frito. Recubiertas de miel o azúcar. Seguro que todos habéis comido alguna para chuparos los dedos…pero no podemos dejar atrás el arroz con leche, o los pestiños, o las perrunillas, o las monas de pascua….
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